lunes, 27 de febrero de 2017




EL FIN DEL HUMANISMO



Hay variados criterios para determinar los momentos fundacionales de la humanidad y, también, su derrumbe. Carlos García Gual tomaba una bella imagen del final de la Ilíada como inauguración del humanismo occidental: Príamo va a suplicarle a Aquiles que le devuelva el cadáver de su hijo. Cuando se arrodilla a sus pies e intenta besarle la mano y Aquiles no se deja, es la primera y única vez en todo el texto que Homero lo llama “el gran Príamo”. Aquiles lo levanta y contempla la grandeza de su enemigo, la belleza del guerrero, y en ese momento los dos se abrazan y se echan a llorar. La belleza ganando sobre los odios y las diferencias, uno de tantos posibles momentos fundacionales del humanismo occidental. No puedo evitar tener mi propio momento de derrumbe de este ideal: el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, utilizando como argumento para defender la evasión fiscal de grandes multinacionales en Luxemburgo: “Era legal, aunque no 

fuera ético”. Algo terminó aquel día en Europa si alguien pudo pronunciar estas palabras sin que se le cayera la cara de vergüenza.
— Sílvia Ardévol Sala. Girona.


Carta publicada en EL PAÍS en Domingo 26 de febrero 2017