jueves, 21 de mayo de 2015



Marcel Proust 

"La felicidad le resulta salutífera al cuerpo, pero es la pena la que desarrolla las fuerzas de la mente. Por lo demás, aunque no nos descubriese en todas las ocasiones una ley, no por ello dejaría de ser indispensable para encauzarnos hacia la verdad en todas las ocasiones y obligarnos a tomarnos las cosas en serio, arrancando en todas esas ocasiones las malas hierbas de los hábitos, del escepticismo, de la superficialidad y de la indiferencia. Cierto es que esa verdad, que no es compatible con la felicidad ni con la salud, no siempre lo es con la vida. La pena mata a la postre. Con cada pena demasiado grande notamos que se abulta otra vena más, que va desarrollando su sinuosidad mortal por la sien o por de bajo de los ojos. Y así es, poco a poco, como aparecen los estragos en esos terribles rostros de Rembrandt viejo, de Beethoven viejo, de los que todos se reían". (vol. VII, La Recherche))

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