martes, 19 de mayo de 2015



Nuccio Ordine, "La utilidad de lo inútil. Manifiesto."

"Lo que permanece lo fundan los poetas", Hölderlin.

El último año de filología inglesa tuve una compañera de clase peculiar. Era una carrera ligeramente más práctica que otras de letras -¡que útil es hoy en día, saber inglés!- por lo que el ambiente predominante no era siempre de pasión por el estudio. El caso de Maria era distinto, tenía más de 90 años y aún recuerdo sus ojos curiosos y su mano alzada constantemente para preguntar. Se presentaba incluso a los exámenes finales.

- ¿Para qué te va a servir? 
- Para saber un poco más antes de morir- contestaba, sonriente. 

Y hacía pensar en  Sócrates, que mientras le preparaban la cicuta aún se ejercitaba con una flauta para aprender una melodía...para algo tan inútil y bello como "sabérsela antes de morir."

¿Qué significa "útil"? Según Ordine, "todo aquello que nos ayuda a hacernos mejores", aunque no produzca ganancias inmediatas o beneficios prácticos. Aquí entran el saber y las humanidades, consideradas justamente "inútiles" en un sistema capitalista centrado en la productividad.

Los tiempos actuales parecen haber relegado a un segundo plano todo lo que no resulte en ganancia económica, afectando incluso el planteamiento universitario, imprengnado del "universo del utilitarismo" en que "un martillo vale más que una sinfonía, un cuchillo más que una poesía".

¿En que momento el ser humano se alza del FERITAS a la HUMANITAS? El japonés Kazuko Okakura señala poéticamente que eso sucede con el 
descubrimiento de lo inútil, algo tan inútil como el amor por las flores:

"Al ofrecer a su amada la primera guirnalda, el hombre primitivo se eleva sobre la bestia; saltando sobre las necesidades burdas de la naturaleza, se hace humano; percibiendo la sutil utilidad de lo inútil, entra en el reino del arte"

En un mundo en que parece que todo se pueda comprar, el saber aparece como una afrenta al supuesto omnipotente dinero. No se puede adquirir conocimiento solamente pagando, hace falta esfuerzo individual y una pasión inagotable, y nadie puede hacer el recorrido por nosotros. El saber supone un verdadero desafío a las leyes del mercado, y Ordine llena su "libro- manifiesto" de citas en las que la aparente inutilidad del arte y las humanidades se inflama de propósito.
No aparecen sólo hombres de letras. Resulta reveladora la cita de 
Keynes, padre de la macroeconomía:

"Una vez más debemos valorar los fines por encima de los medios y preferir lo que es bueno a lo que es útil. Honraremos a todos cuantos puedan enseñarnos cómo podemos aprovechar bien y virtuosamente la hora y el día, la gente deliciosa que es capaz de disfrutar directamente de las cosas, las lilas del campo que no trabajan ni hilan"

Y es que la belleza puede estar incluso reñida con utilidad. Lo más hermoso quizás sea lo que no sirve para nada, como lo expresa Gautier al decir que precisamente "el rincón más útil de una casa son las letrinas". Y no precisamente el más bello.

Este afán de saber y indagar sin objetivo inmediato práctico puede resultar en vidas más plenas e intercambions más ricos. Montaigne lo declaró en una bellísima página de los Ensayos (...) "el mundo es sólo una escuela de indagación. Lo importante no es quién llegará a la meta, sino quien efectuará 
las más bellas carreras."

En efecto, frecuentar a las Musas, ayuda a vivir mejor.  Y seguramente también a efectuar una más bella e "inútil" carrera. Mientras tanto resuena en Occidente la risa estridente de Demócrito,
 que se ríe del hombre, que "se esfuerza por poseer cada vez más para ser cada vez menos." 

Por Sílvia Ardévol

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